La inutilidad del Arte es lo que más valor le otorga. El Arte no sirve para nada, al igual que una puesta de sol o los cantos de los jilgueros.
La sociedad no podría vivir sin el sonido del mar o sin las flores y el Arte, sin las belleza o sin la música, pero hacemos como que no lo sabemos, y así todo es más sencillo.
Lo peor que le ha sucedido al Arte es que se haya convertido en un objeto de inversión, de posesión e intercambio, de idiotez económica.
Lo más hermoso del Arte es precisamente que no es imprescindible, que en realidad no sirve para nada, pero logra engañar a los que creen que poseerlo es sentirse realizados.