20.5.10
Brevedades sobre un cuadro naranja
La soledad de quien no tiene un camino abierto delante, es mayor que quien dispone de una apertura imposible.
Las sombras siempre permaneces abajo, nunca arriba; siempre son más oscuras que la luz; siempre son irregulares; aparecen y se van sin avisar.
Salirse de los marcos irregulares es la mejor solución para buscar nuevas luces, distintas sombras, puertas diferentes abiertas o cerradas.
La elegancia es la única manera de ser elegante. La normalidad no es la única forma de ser normal. La locura es la única manera de sobrevivir.
9.5.10
La muerte para un ateo es más muerte. Es la desaparición total.
Hoy se me ha muerto un amigo más. Da igual el grado; cuando se acude al tanatorio ves que todos somos iguales, que todo es allí igual, que repetimos las mismas tonterías mientras las visitas obligadas se dividen en grupos. Cuento personas y salgo perdiendo siempre. Observo mucha gente de pésame y me entra envidia de mis pésames que yo no veré. Me da igual la muerte, porque me da igual que no me de igual. La muerte no lo iguala todo, pero convierte a todo en un igual. Aunque algunos tienen más iguales que otros.
Hace calor, tanto que pienso por un momento en el muerto. Se estará descomponiendo más rápido, me digo, y aunque sé que en su habitáculo están refrigerados, me convenzo de que no es así, porque el calor es igual para todos. No puedo admitir que el muerto no sea igual al resto, por mucho que sea el protagonista.
Está abierta la caja, la familia lo dice para avisar y nadie quiere acercarse a verlo. No entiendo bien cual es la decisión más inútil. Si se cierra no se ve, y si no se ve no está. Pero si se deja abierta no se mira y si no se mira es como si no estuviera. No sé que pensaría el muerto al respecto. Yo no quiero ser visto una vez muerto. Es un asunto muy personal que sólo quiero conocer yo. Frente a la gran cristalera hablaban del desempleo y del fútbol, de lo alta que está la nieta y de un abrigo que molesta. El muerto no dice nada. Los demás no miran el cristal. Como si no estuviera nadie detrás. Efectivamente, ya no hay nadie detrás.
Cómo curar el mareo que producen los enemigos
Las mariposas del estómago me han invadido la cabeza. Están jugando con mis ideas hasta marearme, no dejándome pensar con la calma que necesito para respirar. Se han adueñado de mi pensamiento para destrozarlo. Son las espías de mis enemigos que les hacen el trabajo sucio. Con estas mariposas no necesitan más armas mis desleales. Ellas hacen el trabajo sucio de corromper mis defensas. Respiraré más profundamente todavía.
2.5.10
Quiero ser el amante de tu belleza, pero no sé amar
Quiero ser
tu amigo infiel
acompañante quieto
espectador de tu mirada
consuelo en tus dudas oscuras
volador que surca cielos nublados
trabajador incansable de tus enigmas
Pero no sé
comportarme
como es reservado
a los elegidos por la suerte
en disponer de un amor intenso
y así sentirnos tomados en el vasto
gozo del que sólo disfrutan los amantes
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