El niño bobo tenía padres bobos
había aprendido simplemente fijándose
y lo había hecho muy bien pues los superaba
Nunca llegué a saber si ganaría
la vejez inevitable que todo ser humano
se reserva para cuando las ganas se han olvidado
Miré de refilón casi por última vez
al niño bobo que respiraba tranquilamente
sin saber que había aprendido a envejecer por fijarse