Había peces gato mal introducidos, personas de fuera que no respiraban sino absorbían, gentes del lugar que cuidaban el color y en el fondo de un camino de tierra, tú que volvías para encontrarme a tu vera.
Sonreía ilusionado,
sin dar cuenta de que el sol se iba apagando,
pues no necesitaba luz; yo te miraba
y con el brillo lejano de tus ojos, tú que ya volvían me alumbrabas.
Los creadores, sean del tipo que sean: pintores, escultores, escritores, arquitectos o músicos, actores o provocadores, deben precisamente esto, motivar, mover interiores, provocar sentimientos, crear opiniones y juicios, mover conceptos y auparlos para avanzar.
Quien crea debe sabe que está explorando algo nuevo, pues quien copia no es un artista sino un artesano. Un creador debe asumir que su obra irá a la basura, pero que es posible que antes de eso, cree sensaciones que la salven del fuego, del abandono, del olvido. Crear es construir, afrontar la opinión de los demás pero no asumirla para que no nos censure. Crear es sobe todo estar seguro de sí mismo y seguir explorando en busca de nuestra verdad. Si además convence la obra a alguien, miel sobre hojuelas.
No es sencillo ser creador, pues lo normal es hundirse en la desesperanza, no lograr los objetivos, asumir que tus planteamientos no sirven. Pero la desesperanza no nos debe vencer, hay que seguir explorando y construyendo.