Tener dudas multiplica las dudas. De arriba abajo, siempre de arriba abajo. También de abajo arriba, de abajo arriba, como subiendo y no como bajando.
Hay que abandonar las dudas y dejarse llevar. Es posible que ellas solas se aburran de mi y me abandonen.
Incluso es posible que desde las propias dudas, sepa encontrar el hueco de la salida.