29.8.11

El monstruo ensortijado de la orilla me robaba los sonidos de las olas


Rompía el aire ensortijando los sonidos de las olas, al disolverse con energía el ronroneo antes de llegar a la orilla. No me era posible tocar las olas, pues una y otra, antes de llegar, se deshacían. Era como si aquellas ondas de espuma no fueran reales, simplemente líneas blancas que a lo lejos amenazaban y que al llegar a medio camino, desaparecían. Tal vez al tener miedo a mis pies. Tal vez para no ser tragadas por la arena. Tal vez es que aquellas olas no fueran reales, sino simplemente la ilusión del mar, que venía a mi encuentro. Aquella tarde no las pude tocar. Y el sonido se disolvía entre la espiral de aquel pequeño monstruo verde de la orilla.