Podría ser un ángel femenino, una dama que vuela desde la cúpula de un gran edificio de Madrid en busca de su libertad. Pero también una mensajera de buenas nuevas o al contrario, la que nos anuncia el final de todo lo vivido.
Asombra su desnudez, sus carnes del siglo pasado, su esbelta figura en nada esquelética.
Eran otras modas.
Curiosamente da la sensación de que se va a caer, pero simplemente es que vuela.