Se amontonaba el metal sobre el metal en una calle de asfalto y polución. Tal vez por eso era metal que tenia diversos matices según los humos le fueran corroyendo las vidas.
Parecía pulido de mil manos apoyadas, de incluso posaderas que cansadas buscaban consuelo encima de la escultura de metal. No se hizo para asiento, pero los destinos de las necesidades son inciertos.