El Arte Contemporáneo es posible que haya muerto aunque de momento nadie lo haya enterrado, como nadie ha tomado el testigo ni de las nuevas tendencias neocontemporáneas ni de las segundas vanguardias cuando no de las terceras. Son tiempos en los que no surgen líderes culturales, artísticos, sociales o políticos. No salen nuevos caminos a explorar ni guías capaces de alumbrar los caminos en los que estamos todos. Incluso a veces los nuevos artistas se vuelven en busca de lo clásico, tal vez demostrando que no sabemos nadie donde está el futuro.
Pero que no nos quede duda a nadie, el futuro existe, también en el Arte que vendrá no sabemos bien con qué apellido. Pero mientras tanto debemos ser todos un poco responsables de los tiempos vacíos y no dar valor a todo, por que nadie o nada lo tenga claro. Todo lo que se hace no es bueno. Todo lo que se enseña no es bueno. Pero lo peor es que mucho de lo que se valora en dinero suele ser lo más rápido, fácil, copiable, absurdo, efímero. No hay que responderse pero... ¿Qué quedará en el recuerdo artístico ante la historia de todo lo creado en las tres últimas décadas?