¿Y si el arte fuera siempre una experiencia y nunca un objeto para decorar?
¿Y si el arte sirviera para meterse hasta dentro de quien ose mirarlo y no para ser observado desde fuera?
¿Y si el arte ni tan siquiera estuviera entre nosotros, si no que fuera una manera de ser, de mirar, de sentir?
No tengo más que dudas. Doy un dudoso.