Las desgracias naturales son las más imprevisibles. O no. Bajo este enorme corrimiento de lodos, rocas y tierras ha quedado el poblado de Abi Barak en el norte de Afganistán. Debajo hay 2.500 vecinos atrapados y muertos por los lodos. Pero si duro es el drama final, saber que mientras trabajadores y voluntarios estaban intentando sacar los cadáveres y heridos de una primera avalancha, una segunda sepultó a la mayoría en el definitivo golpe brutal de la naturaleza.