Parecían de plástico. Eran reales lo que servía para temerles más todavía. Pero parecían de plástico. Las flores ya estaban algo ajadas del calor del verano, pero los bichos eran nuevos, casi jóvenes pues la edad de los bichos es muy incierta. Creo que pensé en acercarme algo más pero deseché la idea al verlos a través del objetivo. Si llegan a levantar la vista, me hubiera convertido en otra estatua de sal.