Cuando una flor se pone de perfil es que no te quiere entregar su mirada, es que intenta esconderse de quien la mira. Claro que si quien se pone a verla de perfil eres tú, es que elijes el punto de vista. Todos podemos elegir. En este caso intenté saber si la flor mordad era capaz de tocar la trompeta ella sola. Casi aseguraría que no, pero no voy bien del odio izqueirda. Ni del derecho.