La sombra del sol tenía forma de toldos de colores, pero en cambio sobre el suelo solo mostraba gris azulado sobre las baldosas sucias de la tarde calurosa. Las personas caminaban negras ajenas al calor, pues se les había metido dentro del cogote. Eran como pequeños zombis que se alejaban de un lado a otro. Nunca llegaban, solo pululaban para hacer bulto.