Los que disfrutamos del arte, incluido el arte contemporáneo o el arte moderno, sabemos que a veces nos la están metiendo por los ojos sin valor suficiente. Lo cierto es que nosotros no compramos y por ello no nos debemos sentir muy engañados. Por que sobre todo lo que no guarda relación muchas veces es la obra con su precio de venta.
Si entendemos que una obra de cualquier tipo debe tener un precio con arreglo a lo que cuesta hacerla, o a lo que cuesta pensarse, o a lo que ha costado saber hacerla, efectivamente el arte moderno o contemporáneo a veces nos engaña. Si tenemos en cuenta factores tan curiosos como la posible revalorización, el factor inversión, el agrado de poseer, el de tener algo de autores muy bien tratados por críticos; entonces los valores y los precios cambian totalmente.
Vamos a ser amables. Hay muchas obras de arte moderno que NUNCA nos podríamos en nuestro salón o en nuestro WC. Incluso hay muchas obras de arte moderno o contemporáneo que son muy fáciles de falsificar y de hacer nosotros mismos en nuestro taller de arte. Incluso vemos obras que algunos llaman de arte contemporáneos que simplemente son recortes, archivos, descartes, objetos que remarcamos o pulimos para ofrecer una visión simplemente algo diferente.
No estoy hablando de arte diferente, moderno por ser hecho ahora, sino de obras que una vez expuestas y si no se venden, simplemente se tiran o se guardan en un almacén lleno de trastos. El artista sabe que no debe conservar aquellas obras que no han gustado pues devalúan el resto de obras suyas. Se crea arte en apariencia como una forma de vivir, de valorar más lo que efectivamente se logra vender.
Una obra de arte debe durar en el tiempo. Las que son efímeras también pueden ser obras de arte, sin duda, pero lo curioso es que muchas de las que presuntamente han venido para quedarse no lo deberían hacer. La pregunta sería: ¿Qué observarán nuestros tataranietos del arte moderno o contemporáneo que se está haciendo hoy en día? Pues eso es realmente arte. Lo demás es trabajo artístico en el mejor de los casos, arte decorativo para un momento de nuestra sociedad.