Las cajas negras siempre lo son por fuera. Hasta que no se abren no sabemos de qué color se construyen, qué hermosos presentes están en su interior. O en su exterior. Pues a veces las cajas negras forman parte del interior de otras cajas negras más grandes.
Esta caja negra, envuelta en unas paredes rotas, estaba dentro de otra inmensa caja hermosa que no se veía al contemplar la pequeña caja negra. Muñequitas rusas que las unas tapan a las otras.
Es una obra de una exposición temporal del Museo Reina Sofía.