El arte efímero de lo efímero.
Todo es temporal, la Navidad o el anarquismo.
Ambos detalles en la misma pared, como esperando a ser recogidos.
El verano y los calores infernales.
Incluso los símbolos, las pinturas, la escritura, la mirada, tú o yo.
Pero siendo temporal a veces es posible disfrutarlo, verlo y recordarlo.
Mientras eso sucede no es efímero, es real, aunque esté medio tapado por la censura, aunque esté desmontado por los obreros que ayudan al desmontaje.