Muchas veces en lo simple, en lo más común, te puedes encontrar escondida la belleza. Esta es una simple flor de cardo. De un cardo de los de cenar en Nochebuena o Navidad. De un cardo que salvamos en las navidades pasadas para verlo crecer y reproducirse. Ahora en julio nos está enseñando esta bella flor. Efectivamente sus durísimas hojas pinchan, se han convertido casi en madera y curiosamente sus puntas están muy afiladas. Pero esos tonos lilas mezclados con los naranjas de las hojas duras dejan una maravillosa manera de ver el simple cardo que casi siempre vemos con salsa bechamel y almendras.