Nada hay que más muerte parezca, que la inutilidad de sentirse abandonado a tu suerte, incluso por los tuyos también.
Si vives rodeado de vida pero tú estás ajeno a ella, estás dos veces muerto. Da igual que parezcas el más fuerte, el más duro. Lo único importante es que estás fuera de juego, ajeno a toda la vida que te rodea.