24.2.25

Las paredes también lloran. Pero en su silencio

Las paredes lloran, muchas veces sin decirlo pero lloran. 

Han visto mucho, casi en exceso.

Que estén quietas no quiere decir que no se den cuenta, simplemente observan y aguantan, pero a veces lloran. 

Incluso a veces más que algunas personas, que son más ásperas que las paredes arrugadas. 

Llorar es tener sensibilidad y eso aunque muchos creen lo contrario, es sensación de estar vivo y de saber vivir.

Tanto se disfruta lo hermoso de otra manera, como se sufre el dolor desde otra posición.