Tras las ventanas siempre vemos lo escondido. Necesitamos las ventanas para enmarcarnos, para escondernos incluso. Pero las ventanas nos sirven para incluso no ver, para disfrazarnos de escondidos. De todas las ventanas salen siempre sogas a donde engancharnos, si lo que queremos es traspasar el presente para escapar. Aunque nunca se sabe si esta soga nos lleva al futuro o al pasado.