Bruselas es una ciudad católica no practicante. El número de personas que acuden a las iglesias es mínimo, pero siguen quedando en la ciudad, en toda Bélgica, muestras de su gran pasado religioso. Este balcón de Bruselas, hermoso por sí sólo, con la gran vírgen que tiene encima se convierte en un lugar místico para salir y saludar. Aunque nunca sabrás si te miran a tí por estar en el balcón saludando a miran a la Virgen para pedirle algún milagro.