Hay muchas formas de imitar la vida, y una de ellas, tal vez la más simple y sin duda la más automática, es simplemente dejarse vivir.
Vivir es avanzar por caminos, dejar que caigan sobre ti todos los componentes de la vida, poco a poco, mes a mes, hasta que se acabe la energía y se apaguen las luces.
Imitar la vida no es vivir, es simplemente avanzar hacia la muerte.
Pero cada uno de nosotros podemos hacer aquellos que más fácil nos plazca copiar.
De lo que es seguro es de que no seremos capaces de parar la caída de las energías y la luces.
Lo que sí podemos hacer es disfrutar en esos intermedios. Y no esperar el aplauso final.
Vivir es avanzar por caminos, dejar que caigan sobre ti todos los componentes de la vida, poco a poco, mes a mes, hasta que se acabe la energía y se apaguen las luces.
Imitar la vida no es vivir, es simplemente avanzar hacia la muerte.
Pero cada uno de nosotros podemos hacer aquellos que más fácil nos plazca copiar.
De lo que es seguro es de que no seremos capaces de parar la caída de las energías y la luces.
Lo que sí podemos hacer es disfrutar en esos intermedios. Y no esperar el aplauso final.