La actriz Marina Saura es hija del genial pintor aragonés Antonio Saura, y habla así de duro y contra España —más que contra otros países— por la manipulación que se intentó contra la obra y el recuerdo de su padre por parte de los que —como muchas otras veces ha sucedido— no entienden que no es válido manipular a los artistas muertos saltándose a sus herederos del recuerdo y de su obra.
Los trabajos de los artistas nos pertenecen a todos, sin duda, pero el respeto digno del inicio de su legado debe ser tutelado por sus herederos para evitar usos partidistas o incluso territoriales.
El ARTE no nos pertenece a nadie, es de todos, pero el estudio y el recuerdo de la obra de los genios nadie nos lo puede negar.