Sin tierra podemos sobrevivir. Sin humedad ya no. Sin hogar podemos mal vivir pero sin alimentos nos morimos lentamente. Podemos creer que vivimos en una cueva negra, pero en realidad de donde sobresalen (o se entierran) nuestras raíces es de donde comemos, de dónde alimentamos nuestra vida. Siempre necesitamos estar cerca de un lugar donde podamos alimentarnos un poco, simplemente un poco. Con eso ya somos capaces de sobresalir y mostrarnos al mundo. Y de ser bellos y capaces de sorprender.