Dentro de una cueva artificial a la que había que bajar casi a oscuras, nos encontramos con esta obra sin título ni autor aparente. Sabíamos donde bajábamos, en busca de la sorpresa. Y sin duda entre el fuego artificial encontramos unas figuras que recortaban la sensación de estar en el infierno. Salimos rápido, no se nos fuera a cerrar la puerta.