A las afueras de la ciudad portuguesa de Sintra se encuentra el Palacio da Pena, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, siendo uno de los símbolos del Portugal monárquico pues durante el siglo XIX vivió en él la familia real.
Aquí vemos una figura en relieve de un ser medio pez medio hombre, saliendo de una concha, con una cabeza cubierta por cabellos que se convierten en un tronco de parra, y cuyas ramas están sujetadas por los brazos del personaje.
A modo de monstruo o demonio y con una fortaleza a prueba de problemas, está sujetando una de la ventanas balconadas del palacio. Un ejemplo del estilo romántico del momento.