Hemos entrado en el otoño y ya los frescos nos atacan y las flores se nos mueren.
El cuerpo también se está dando cuenta, pueden venirnos las tristezas, y sin duda los marrones mentales y el decaimiento general.
Algunas flores luchan por sobrevivir, pero se saben rodeadas de hojas marrones, muertas, pobres de luz.
A su alrededor ven desfallecimiento, algo de ruina, sopor incluso.
Es el otoño, ya lo he dicho.