Lo que surgió como la decoración exterior de un bar para jóvenes sedientos de marcha, una vez convertido en local famoso, fue perdiendo la calidad primera en su trabajo de forja y de pintura mural, hasta convertirse en un caos, en una sopa de “cosas” que desvirtúa el conjunto inicial gasta convertirlo en "otra" cosa diferente.
Pero tal vez, por qué no, este resultado final le vaya más a la zona, al servicio nocturno de bebidas. Y lo digo sin acritud, desde el punto de vista artístico.
El arte está también para acompañar los lugares donde se deposita. Una obra muy diferente quedaría desvirtuada en su ambiente, si se coloca en un lugar donde no debe estar. Incluso se podría decir que el arte se transforma con arreglo a sus usos.
El arte hoy es efímero, porque la vida actual es líquida, efímera, sin tempos ni tiempos. Nada es para tanto como parece cuando nace. Las velocidad en la actualidad son mucho mayores.