Si alguien se te queda mirando con insistencia, incluso con un toque de chulería, tienes pocas oportunidades de entablar una conversación. Si además es una gaviota, las posibilidades decaen.
Así que no le dije nada y me quedé inmóvil, no fuera a quererme demasiado. Recibir un beso de una gaviota recién duchada no me pareció agradable esa mañana.