Al arte urbano puede impregnar todas las calles de nuevas formas y colores, a costa de múltiples trabajos colectivos e individuales. El escaparatismo, el trabajo decorativo de las tiendas y comercios también debe utilizar el arte urbano como reclamo publicitario. Una pared gris es simplemente eso, un espacio sin atención. Pero esa misma esquina llena de figuras y colores, con formas que llamen la atención, llamará también la atención de la marca que lo sustenta.
La imagen es de la ciudad de Madrid.