Todo parecería posible en estos tiempos de rareza visual. Pero había un elemento que se nos escapaba a esa normalidad que contemplamos. Algo que no nos gusta ver por las calles de Madrid. No era normal, o si lo era, había que evitarlo, pues produce daño a los ojos. No estamos los seres humanos acostumbrados a estos asuntos por las calles, nos producen dolor e incluso temor por si algún día alguien decide empujarnos a tamaño asunto.
Es normal que haya flores bonitas dentro de una botella de ginebra cara. Puede serlo que en una esquina cualquiera existan tantas mesas vacías para poderse sentar sin problemas. Incluso diría que la limpieza no me sorprende, como tampoco que haya una persona tirada en el suelo, pidiendo por su futuro. A todo esto por desgracia ya nos hemos acostumbrado.
Pero que haya un ajedrez encima de una mesa, noooo. A eso no, por dios.