No sé. No sé cómo queda el cuerpo muy herido y abandonado. No lo sé pues nunca lo he visto.
Si sí cómo queda el cuerpo herido y destrozado en el acto. Estampado contra el hierro a 200 kilómetros de muerte a la hora.
No sé de casi nada. Pero de lo que sí sé es de conservar los recuerdos que quiero quedarme.
Estamos llenos de dudas, alimentadas por miedos y miradas de temor. Y sobre todo ellos solemos levantarnos y demostrar que somos insufribles, que todo lo soportamos.
No sé. No sé si es verdad que seamos capaces de soportar el dolor de la herida.
Mejor es no saberlo nunca.