Debajo de los adoquines de París, decían, estaba esperando la hierba. Debajo de algunas grietas de la vida siguen esperando los recuerdos. Sin estos recuerdos… ¿qué seríamos?
Hay enfermedades que nos lo muestran con toda la crudeza. Ya no somos nada si no tenemos la capacidad de la memoria de lo vivido. Los recuerdos somos nosotros.