La palabra nos acompaña para defendernos, para pelear por nosotros.
Y si se diluye entre otras palabras enemigas, viene el conflicto, la disputa, la nada.
Incluso aunque las palabras no sean suficientes para elaborar un mensaje, nos indican maneras.
Las voces de las palabras existen incluso con una sola letra.
¿Quién la tuvo?
¿Quién las quiso guardar para nosotros, escondidas entre los libros?
¿Sirve para algo si han pasado siglos?
Los arqueólogos de las ideas seguirían rascando, pero los de la belleza, preferimos dejar las dudas abiertas y a medio mostrar.
Todos los platos de la vida se componen de distintos elementos que se van juntando hasta lograr algo que nos guste. Como una ensalada de mensajes. Papel y letras. Ideas y luz.
Indignidad la nuestra por consentirlo, por no corregirlo, por no saber evitarlo.
Humanismo de calle, humanismo de mentira, cristianismo falso de perdón diario.
¿Qué hago yo para evitarlo? Menos de lo necesario, pues sigue existiendo.
Cuidado con esas plantas que no entendemos nada de nada, pues nos puede suceder como con la política, que al final no le damos importancia y se convierte en nuestra enemiga.
Seguramente nadie contempla ya estas maderas con la misma miradas que nosotros. Ni el dueño existe, ni los pasajeros de sus calles van a mirar nunca estos bocados tontos.
Pertenecen al pasado aunque estén en el presente, mostrando heridas y amor entre la madera y el hierro. Pero pocos se quedarán mirando estos detalles y encuadres.
Permanecen para cerrar puertas y para que curiosos de los raro como nosotros, nos quedemos mirando lo habitual para los mayores de edad.
¿Qué se nos puede ocurrir observando esto, viendo ese sarpullido de manchas rojas sobre fondo amarillo, con algunos toques de un blanco que casi provoca?
¿Podemos adivinar por dónde se seguirá rajando la roca según vaya pasando el tiempo?
¿En qué se parece una persona a una roca, a la intemperie y al paso del tiempo?
Pero si tienes dudas, puedes regalar flores digitales, mandar flores a quien ames o desees complacer, de forma digital.
No hay que cuidarlas, son gratis, y seguro que tienes miles de flores digitales perdidas por internet, dispuestas a dejarse ser copiadas para mandar a otras personas.
Pon una flor al día en el correo o redes de tus amigos.
En la vida hay locos y cuerdos, paisajes de verdad y de mentiras. Miradas y visiones. Y así estamos todos, no nos salvamos nadie. NI los guardias de seguridad a los que les entra miedo si te acercas mucho a una pared de paisajes.
Ventana para no asomarse, para no mirar, para no dejarse observar.
Ventana que es simplemente un hueco de aire.
Rotura de ventana, ventana rota.
Ventana metálica que no se puede cerrar. Tampoco abrir.
Escultura ventánica.
Yo soy partidario de las iluminaciones naturales, de las que vemos y nos llaman la atención del conjunto. No me gusta crear miradas diferentes a base de iluminaciones diferentes. por eso NUNCA utilizo el flash incluso admitiendo que a veces podría ser de gran ayuda como luz de relleno.
Pero en cambio sí modifico la luz en mis retoques digitales posteriores conservando si así lo estimo, parte de la luz que ví en el momento del disparo y jugando con el resto de la iluminación, ya digital, para teatralizar el conjunto.
Desde viñetear el conjunto por zonas creando nuevos viñeteados positivos o negativos para destacar la parte que me interesa, pero intentando siempre que no se pierda la naturalidad. No creo luces, sino contrasto o remarco.
Las herramientas de sobreexposición y subexposición en todos sus modos y rangos, son herramientas perfectas para estos ejercicios, que ya hace décadas y con los procedimientos analógicos de exposición y revelado, se intentan utilizar con máscaras, con las manos haciendo sombras o incluso con el vaho de tu propia respiración para calentar algunas zonas del papel mientras se revelaba y así acelerar los ennegrecimientos por zonas.
Fluir es dejar atrás la base, es movernos para ir dejando atrás lo que nos ha ido sustentando hasta ahora.
Fluir es ir hacia lo desconocido y muchas veces sin poder controlar la velocidad del viaje.
Las ideas fluyen, las decisiones se toman, los nuevos espacios a los que nos tenemos que ir moviendo van brotando a nuestro paso.
Fluir es escapar, aunque no deseemos movernos del lugar en el que estamos.
Es inevitable tener que ir fluyendo poco a poco.
A veces fluir es como esbarizarte en un camino que parece cuesta abajo.
Y debemos acostumbrarnos a esa realidad a la que también vas a llegar tú.
No es un estado bueno, tampoco es malo. Es sobre todo nuevo, decadente, con la incertidumbre de la caducidad.
En muchos casos con el añadido de alguna soledad no deseada.
Pero a veces con el pensamiento lúcido todavía pero cansado y dolorido.
Así que sí, sonreír un poco todos los días es una gran decisión.
Tras dejar la fotografía publicitaria, en los años 40 y posteriores se adentra en la vida social de París, y logra sus mejores obras observando esos movimientos muchas veces nocturnos de una vida que siendo artística es también muy interesante para que desde los EEUU copien modos de vida y de moda. Al fallecer dejó almacenados casi medio millón de negativos de su época.
"Toda mi vida me divertí, hice mi pequeño teatro".
Ahora mismo… tú estás mirando una fotografía donde unos espectadores miran fotografías.
Observamos el conjunto, pues el detalle se ha perdido (casi) al ir añadiendo conceptos y formas.
¿Por qué miramos lo que otros miran?
¿Por qué miras lo que yo te he dejado para que mires?
¿Qué existirá dentro del ojo, para que sea capaz de recordar lo que se refleja?
¿O el ojo solo hace de espejo?
¿O es mejor no querer entender nada?
¿Para qué sirven los ojos realmente, si lo importante son las conexiones?
¿Qué mierdas son esos hilillos del interior del iris?
No era protagonista de nada, era un mero espectador que salía al aire para ver qué se respiraba, pero enseguida se volvería al interior del viejo periódico.
Todo estaba viejo, todo parecía acabado ya, no supo frenarse en sus ansias de saber más sobre lo qué hacían los demás.
Y así nunca hizo nada por sí mismo.
Que parezca lo mismo no quiere decir que sea lo mismo.
Cuando hay un exceso de ruido visual todo queda envuelto como en basuras. Estos cartelitos de figurantes pegados en una pared, jugando con la imagen de un canino orinando, pierden su fuerza al ser colocados sobre una pared llena de firmas. Pero el artista que las puso, sabía perfectamente qué hacía. ¿Qué le motivo a dejar de fondo el ruido y las manchas?
No la suma del todo es un igual, pero puso querer dejar constancia de este submundo que se nos escapa a veces sin entenderlo, jugando con las basuras y el ruido visual, como elemento decorativos para su fondo y mensaje.
La fotografía es de Miguel Puente
Una rosa ya está muerta antes de servir de acompañamiento.
Acompañamos a los muertos de flores muertas.
Las flores muertas también pierden el color de la vida.
Pero siempre nos queda el plástico para demostrarnos que somos muy frágiles.
Una simple red de plástico dura mucho más que nosotros.
Es más una sensación que una realidad.
Ser libre es ser tú.
Y sobre todo, ser libre es respetar a todos los demás y dejar que ellos también puedan ser libres.
Ser libres es estar libres pero con mochilas pues sin ellas no eres libre, sino si acaso, vagabundo de la vida.
Pero es el urbanismo por el que pagan muchos europeos o americanos, para disfrutarlo, vivirlo, simplemente intentar entenderlo.
España es esto, y sí, muchas otras cosas, pero también esto. Y enseñarlo sobre todo en tiempos de dudas, de pandemias que no acaban, de frenazo a la libertad individual y con crecimiento en nuestros temores, no tiene que dar ánimos.
Cuando nos encerramos dentro de nosotros, es posible que nos adentremos.
Cuando dejamos de estar aquí, no sabemos bien a dónde nos vamos.
Cuando cerramos los ojos, dejamos de ver lo de fuera, para ver solo lo de dentro.
Cuando dejamos de creer que estamos, es que nos hemos ido.
Hay veces en las que sonreímos aquí, desde dentro, sin darnos cuenta de que nos están viendo desde fuera.
¿Y si pone en el buzón una cara de circunstancia triste? Le veo los ojos muy hinchados.
Efectivamente, sospechaba que lo adivinarías. No es un buzón de patio, sino una placa vacía de patio. En esta casa antes había muchos servicios profesionales y ahora ya no queda nadie con ganas de advertir quién es y a qué se dedica.
Sí, es un edificio venido a menos.
El mundo es como es, y lo tenemos que conocer en toda su dureza. No caben ni medias tintas, ni censuras mentales, ni disimular añadiendo compasión a la realidad.
Somos unos animales y eso no nos tiene que dar vergüenza, si acaso pena, leve apoyo para trabajar por la mejora, por la rectificación.
Nunca debemos desenfocar la realidad para mostrar solo una parte. La realidad que nos envuelve es responsabilidad nuestra, la creamos nosotros. Es nuestra. Y quien la desenfoca es posible que tenga sus motivos, que no serán los nuestros.
