Se nos caen las pieles, se arrugan hasta extremos insospechados. No es la vejez, es el recambio. Es la sensación de que se ha perdido la tersura y llega la pérdida de vitalidad. Es una sensación que detectas poco a poco y que sabes que no sirve de nada rascarse. Vamos perdiendo capas.
1.8.22
Vamos perdiendo capas, poco a poco
Se nos caen las pieles, se arrugan hasta extremos insospechados. No es la vejez, es el recambio. Es la sensación de que se ha perdido la tersura y llega la pérdida de vitalidad. Es una sensación que detectas poco a poco y que sabes que no sirve de nada rascarse. Vamos perdiendo capas.