Añoramos lo que no tenemos.
Estamos en Primavera y nos agobia el calor que nos parece excesivo.
Cuando estamos en Otoño creemos que se acaba el mundo mundial y se nos caen las ideas al suelo, por estar secas.
Nunca estamos contentos con lo que nos toca.
Y si al menos fuera para intentar mejorar, pues no estaría nada mal.
Lo malo es que muchas veces es para sentirnos mal.
Os dejo un Otoño, por si tenéis añoranza.
Terminará viniendo.