Hay veces que la ilusión cuando se tiene enfrente, produce inseguridad. Lo que crees posible dentro de una caja, al salir a la calle, nos convierte en indefensos, ya no estamos en el confort del hogar sino enfrente a la realidad. Aunque sea falsa.
El niño sospecha que era más seguro verlo de manera artificial, pero sin duda mucho menos ilusionante. Cree que tenerlo tan cerca le supone el peligro de lo desconocido. ¿Es real? ¿Qué es realmente lo que ve?
El confort de hogar lo tiene el niño en su madre. Sigue siendo una persona segura, pues sabe que se puede agarrar a ella.