Estamos compuestos de trozos unidos por la casualidad. Yo no he visto mis átomos, pero sé que están por dentro uniéndose para no desparramarme sobre el suelo.
Si un día mis átomos se cabrearan entre ellos me entraría un dolor inaguantable, pero además si perdieran las ganas de estar juntos, si se quisieran independizar, me disolvería.
Pero no sé… no soy capaz de mejorar mi relación con mis propios átomos. Son muy suyos.
