Cuando fotografías además de ver lo que estás cazando, ya te imaginas de forma bastante acertada qué deseas hacer en la postproducción con esa imagen. Sabes que muchas veces no se quedará como la estás viendo, que la retocarás, la encuadrarás de nuevo, intentarás hablar con ella.
Luego cuando han pasado los días y la tienes ya en pantalla, a veces mantienes la primera idea y otras la cambias por algo totalmente diferente.
Pero recuerdas la realidad, el momento, que no es igual a lo que ves en ese momento en el ordenador, sonríes a veces, y juegas con ella para buscarle las cosquillas.
Diríamos que la "caza" de una instantánea en digital se compone de dos momentos totalmente distintos.
Ya hemos cambiado de lo que era la fotografía analógica, en donde casi el encuadre era sagrado pues no sobraba mucho detalle como tuvieras una cámara normal, y tenías que afinar muy bien el disparo.
Existían retoques, suaves y todos ellos de tono o de contraste, poca cosa, y era fundamental no equivocarse en todos los procesos, desde la toma al revelado del negativo y el positivado, pues no había mucho margen de maniobrar y corregir.
Si tirabas en diapositiva no había nada. Era cuestión de acertar siempre y a la primera pues era un proceso caro y no se estaba para probar o ensayar.
Así que sí, hoy yo al menos disfruto dos veces. Dos momentos diferentes y uno me lleva al otro. Rememoro, pienso en las motivaciones, y juego.