¿Qué sentirá un animal débil, blandito, cuando se ve amenazado por un monstruo tremendo, enorme, que se le acerca y le hace sombra, para verlo de cerca en el mejor de los casos?
Seguramente pensará que sus tiempos vitales están a punto de acabar. Y cuando ya lo dejamos seguir por sus caminos, previsiblemente no entenderá casi nada.
¿No me chafa, no me machaca, no me pisa?
La belleza nunca hay que destrozarla, aunque se vaya arrastrando por los suelos. Y esta babosa gallega era muy bella.