Por este claustro gallego, por este patio de un monasterio muy conocido, has paseando cientos de personas meditando, buscando en su interior y reflexionando qué era lo mejor en cada momento.
Sí, también orando que no es lo mismo que rezando.
En este claustro se pasea recibiendo la historia, pues las piedras apabullan. No puedes abstraerte con facilidad. La humedad, la mucha lluvia, lograr que además te sea mucho más sencillo encerrarte.
No es mal ejercicio pensar más, antes de actuar o hablar. Tener cuidado con todas las opciones posibles, para elegir una, es una buena manera de ser humanos.