Cuando la suma de muchos colores forma un conjunto de más colores, se va convirtiendo en la suma de muchas formas individuales, cada una con su propio color.
¿Soñamos en color o en blanco y negro?
¿Soñamos en color o en blanco y negro?
Cuidado con lo que no entendemos, no nos vaya a pinchar sin darnos cuenta.
¿Y de cualquier hueco que vemos?
¿Qué es realmente un hueco?
¿Algo vacío y sin valor?
Puede que no, simplemente podría ser algo que encierra otro algo, que sirve de entrada, de puerta, para asomarse.
Los huecos podrían estar llenos, pero hay que acercarse, no queda otra.
Los espacios vacíos pueden ser vacíos.
Incluso los espacios pueden estar llenos de fondo.
Lo de menos es lo que vemos.
Lo de más lo que deberíamos imaginarnos.
Nunca todo parece todo.
¿Nos atreveríamos a enseñar un conglomerado de basura y además defenderlo como si fuera una Obra de Arte?
Cuidado con la respuesta, pues casi todos deberíamos decir que SI. Lo hacemos todos los días. Solo hace falta que esa basura sea de colores, esté bien envuelta y nos la sepan vender.
Nosotros somos el suelo. Por mucho dinero que creamos tener, somos el suelo sobre el que pisa el toro, el poder, incluso el de New York.
Como llevamos miles de años así, sin posible solución, a lo máximo que podemos aspirar es a que nos pise no tan fuerte como parece.
La belleza de estos edificios solo se logra si los miras desde abajo hacia arriba.
O desde arriba hacia abajo.
Ya no están, cambiadas por lógica, arrancadas para dejar paso a las vías jóvenes.
Vuelve el espacio roto a un uso lógico, el de permitir el paso de la velocidad lenta, de los viajes.
Todo cambia, pero tal vez han sido excesivos meses para una obra que debería haber sido mucho más rápida.
Es la vía del Canfranc por Anzánigo.
Excesivos años esperando.
Nunca nadie sabe cuando acabará.
Como poco es curioso.
Es una hoja que ya no existe… ¿y qué?
Es un misterio en dónde murió… ¿y qué?
Nada nos importa casi nada. Son los tiempos.
Volviendo a lo mismo y sabiendo que los gatos o perros se sorprenden al verse, pues no se reconocen, podríamos preguntarnos por nosotros mismos.
Si nunca nos hubiéramos podido ver reflejados en nada… ¿qué sentiríamos al vernos por primera vez reflejados?
Incluso podríamos ir un punto más lejos. Si nos hubiéramos visto en un espejo de jóvenes, y ahora nos viéramos pasados un par de décadas… ¿qué sentiríamos?
¿Qué hay de verdad en lo que vemos? ¿Tenemos que admitir que lo que observamos es real, simplemente porque creemos que es real?
¿Hay que pintar? A veces con mirar la propia arquitectura con ganas de dejarte sorprender, compensas el crear, pues con tu mirada también creas.
La arquitectura es geometría en relieve haciendo esculturas grandes.
Este conjunto me pareció estéticamente hermoso. Cuatro sujetos, dos personas, en una relación de una amistad curiosa.
Las persoasn parecen amigos, pero los dos perros no. Cada uno está a lo suyo, ajeno a la escena, pues ellos seleccionan de otra forma sus amistades, y suelen ser humanos más que otros animales.
Además, los dos perros parecen aburridos, pensando en lo suyo, que seguramente lo tendrán.
El resultado me gustó. Lo que veía en ese momento me gustó.
Ni está la obra de Arte al completo, ni están enteros los espectadores.
Es como una sopa cuyos productos quieren sobresalir del plato, pero el líquido no les deja salir del todo.
No estamos trabajando bien el turismo masificado. Deberíamos reflexionar algo más.
Todo lo que logremos alejarnos del blanco puro pero conservando los detalles de las luces, y del negro puro pero consiguiente que haya detalle en las sombras que nos interesen observar, estaremos logrando el máximo de contraste.
En el caso de contraste de color no es muy aconsejable irnos de lado a lado de la gama de ambos colores. En este ejemplo que vemos, si el amarillo oro fuera tremendamente amarillo puro y anaranjado, no lograría el mismo efecto real que este amarillo algo sucio.
Creeríamos que son colores forzados y movidos de sus espacios naturales de color.
De poner un amarillo tipo Kodak en las zonas cálidas, el efecto se lograría también subiendo el azul cían (que ya no es un cían puro) hacia un azul más rojizo, más ultramar.
Unos hilos de colores pueden ser también unas dudas, unos toques de misterio, de curiosidad.
Podrían ser incluso unas mentiras, un juego de imágenes hechas para trasladarte a otra decoración.
Lo importante a veces, no es lo que es, sino lo que ves.
Otras ni eso. Pues podría ser que lo que ves es también un juego de misterios.
Que no se valoran mucho por los turistas es un modo de reconocer que no siempre se conocen. Y que el clima es cuando menos raro. Y que la hospitalidad inglesa no es tan sencilla como la española. pero eso no deja de tener un punto de calidad diferente.
Tomarse una cerveza de color fuerte, oscura y con sabor, rodeado de una decoración inglesa, tiene un punto de calidad que te transporta a una película de época.
Esta cigüeña es de Logroño. O lo era al menos cuando le hice la fotografía.
Pero aun así, el invierno es un buen momento para muchas cosas, por ejemplo para ver nieblas y fotografiarlas, para estar dentro de la cueva leyendo libros algo olvidados, para hacer vida familiar o de amistades.
Cada día es un regalo, con independencia de la luz que no entre por la ventana.
Pelusas sujetas al eje.
Milagros en diseño natural de líneas.
Parece imposible que sea tan compleja la naturaleza.
Hay ventanas de clausura que son bonitas. Otras ventanas de clausura están cerradas a cal y canto. Son las atrancadas que quieren que nadie sepa qué esconden.
Cuando las ventanas de clausura van por pares, ya no son de clausura, simplemente es que están cerradas o incluso muy bien cerradas.
Hubo un tiempo en que personas de verdad, de las que seguían vivas, se asomaban por estos ventanucos de aireación. Hace años que ya no. Los caserones se van quedando antiguos, solos, embozados, cerrados por dentro y por fuera, para que no entre vida. La naturaleza simplemente hace su trabajo.
Depende.
A veces es así de simple.
Una leve mirada natural, una ganas de volver al campo.
Un salirte de tu cueva y ver color.
Un volvernos más naturales y recordar la naturaleza.
Todo ejemplo de vida, cuando nace, cuando intenta nacer más bien, no se parece en nada a la imagen que tiene de adulto. En este caso vemos una parra, un futuro de uvas y de vino, y que no se parece en nada a la realidad futura.
Hermosura y belleza no nacida o al menos, no convertida en adulto.