3.2.25

No es una madera. No es un suelo. Es una casualidad


Está bien, lo sé. Fue árbol antes de ser objeto de formas aleatorias. Pero ya es un simple cadáver de madera que se deja pisar.

Precisamente esas pisadas repetidas lo pulen hasta sacarle los colores.

Nunca imaginó que terminará en el suelo y no en las alturas, pero a veces todo se acaba de la manera más diferente posible.

Una cosa es lo que queremos, y otra bien distinta lo que entre todos quieren hacernos.

Al menos es hermoso. O no.