Final. Tras hacer un pequeño recorrido por la simbología de la circunferencia, el círculo o las esferas sobre el ser humano, debo terminar para no cansar excesivamente y para no estirarme en un tema que puede gustar o no, pero que todo depende del tamaño.
A veces, incluso cuando intentas indagar sobre algún aspecto, admitiendo que te atrae el tema por algo, te sorprendes a ti mismo al ir descubriendo nuevas opciones o caminos.
Lo más elemental tiene también recovecos, esquinas, detalles curiosos o señales antiguas que se han ido manteniendo con los siglos. Evolucionamos, pero mucho menos de lo que nos imaginamos antes de rascar sobre cualquier tema.
Y eso nos lleva a la realidad, somos animales humanos, somos unos simples Homo Sapiens que crecemos desde nuestra inteligencia y sobre todo a base de inventar cachivaches, pero que en el interior seguimos conservando muchos aspectos históricos de nuestros ancestros.
Y eso puede que sea incluso bueno, pues nos contrapesa para que no hagamos muchas de las tonterías que imaginamos.
Seguimos teniendo miedo a nosotros mismos como animales capaces de lo peor. Y creer que somos animales es un punto positivo para que nos frenemos ante el temor a nosotros mismos y a nuestra capacidad de ser imbéciles a poco que nos dejemos.
Este librito se terminó de crear en la Semana Santa de 2025.
Cuando las lluvias amenazaban los cielos y no se podía ver ni la Luna ni el Sol.