26.4.25

Laberinto del Pazo de Tor en Monforte de Lemos


Vemos arriba el Laberinto del Pazo de Tor en Monforte de Lemos, otro ejemplo de utilización de los círculos a gran escala, y que solo se puede contemplar su grandiosidad desde las alturas, en este caso, desde los balcones superiores del Pazo o Palacio, en donde vivían los nobles de la zona.

Era un laberinto con cuatro estancias diferentes, cada uno de ellas con tres caminos distintos al llegar a cada estancia, y en donde solo uno servía para llegar al pozo siguiente.

En el siglo XVIII se construyó este laberinto vegetal diseñado por un arquitecto italiano que se apoyaba sobre unas piedras de pizarra para darle forma, que son los únicos vestigios que hoy quedan de esa construcción en círculos, una vez que los rosales, plantas y setos no se han replantado para mantener la idea original.

En su diseño inicial, el espacio que había por los caminos, entre plantas y plantas, era de unos 50 centímetros de anchura.

El laberinto está formado por cuatro espirales enlazadas por ocho caminos, con entradas y salidas, que convergen en cuatro estanques circulares tallados en granito, situados en el centro de cada espiral.

El juego consistía en recorrer todos los caminos sin salir del jardín y encontrar los cuatro pozos, uno en cada una de sus partes.

Era un juego, un entretenimiento casi infantil con círculos para gentes de alto nivel de poder, pero también una estructura que utilizaba conceptos decorativos y a veces incluso religiosos o rituales.