26.4.25
Viviendo dentro de círculos por seguridad
Con unos 2.500 años de antigüedad podemos ver los restos de este tipo de poblado llamado Castros en Asturias, aunque también los hay en Galicia y Portugal.
Este es el Castro de Coaña, que durante varios siglos estuvo habitado como ciudad fortificada con algunas construcciones en el exterior de la zona cerrada con murallas, tanto como barrios de la localidad como construcciones defensivas en donde hacer guardia.
Sus viviendas eran circulares, y muchas de ellas con un porche en la entrada también semicircular, que hacía las funciones de resguardar la entrada a la vivienda y de pequeño almacén exterior y a veces de cocina al aire libre.
Puede que fueran las viviendas más nuevas, de hace unos 2.000 años, las que ya se empezaran a construir en forma rectangular pero con las esquinas redondeadas, como se ven en la imagen, en las zona superior a derecha e izquierda.
Los castros se edificaban en lo alto de montículos para poder defenderse mejor y tener una visión amplia de sus territorios, en los que tenían ya campos de labor, pues son los inicios del sedentarismo.
Los techos que cerraban estas viviendas eran de materiales vegetales tipo paja seca y con mucha pendiente para que las aguas de las lluvias no entraran con facilidad en las viviendas.
Este tipo de viviendas han existido en casi todo el Sur y Oeste de Europa, desde Gran Bretaña o Italia a España y Portugal, con bases de piedra y tejados que a veces se decoraban.
Incluso algunas de estos tipos de viviendas circulares y de una única habitación se siguen utilizando en la actualidad.